La infancia de Viola Davis transcurrió en la más extrema pobreza, según afirmó ella misma años después en una entrevista. Su padre trabajaba como cuidador de caballos en Rhode Island mientras su madre se encargaba de sacar adelante a la familia.

Afortunadamente, las cosas empezaron a cambiar para mejor. Viola tuvo la oportunidad de ir al colegio mayor para estudiar teatro, y no la desaprovechó. Interiorizó la teoría como la más disciplinada de las alumnas, y en la práctica fue todavía mejor, logrando una nominación al Tony a la mejor actriz por la obra Seven guitars. En 2001 repetiría candidatura por King Hedley II y, además, se haría con el trofeo.

Su ascenso en el teatro le fue recompensado con algunos roles en el cine, como en Lejos del cielo (2002), Solaris (2002), Noches de tormenta (2008) o La duda (2008); en ésta última compartió reparto con dos "monstruos" como Meryl Streep y Phillip Seymour Hoffman. Además, Viola Davis se convirtió en rostro habitual de la serie televisiva Ley y orden: Unidad de víctimas especiales, interpretando al personaje de Donna Emmett.

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